jueves, 30 de septiembre de 2010

VILLAVIEJA RESEÑA HISTORICA



En su casco urbano floreció una hacienda ganadera de los Jesuitas y aún se conserva la capilla colonial de Santa Bárbara, construida en 1748, actualmente sede del Museo Paleontológico, que conserva restos de fósiles hallados en el desierto, entre ellos los de un mono que vivió en el Mioceno, hace 25 millones de años. Villavieja es puerta de entrada al Desierto de la Tatacoa, un soberbio paisaje de indescriptible belleza con una extensión de 330 km2 y una temperatura que alcanza los 43 ºC.

Una carretera destapada conduce al desierto, cuya primera parte denominada Cuzco, es un lugar donde la erosión del terreno forma verdaderas esculturas naturales de tierra rojiza; en esta parte, ideal para contemplar las estrellas, se construyó un observatorio astronómico desde donde se puede tener una amplia visión del espacio sideral. En 110 km2 que conforman el territorio de La Venta, se han realizado investigaciones paleontológicas.

En la segunda parte del desierto, conocida como Los Hoyos, el paisaje está conformado por tierras erosionadas de color grisáceo. Las gentes de esta región son amables y generosas, elaboran objetos artesanales de gran originalidad en corteza de totumo y ofrecen sus deliciosos platos típicos.